En pista dando curva acostada ktm duke 790

KTM Duke 790

Algunas marcas se especializan en la fabricación de motos utilitarias, otras en turismo, carretera o scooter. Pero hay una en especial que desde sus inicios ha tenido un marcado carácter deportivo y lo deja ver en todos sus modelos, incluso en sus versiones de calle como la nueva Duke 790.

La nueva Duke 79 complementa la saga y hace un escalón entre la 690 y la 1290 pero a diferencia de éstas, no comparte el motor con ninguna otra referencia de la marca. Esta vez llega estrenando y lo hace por lo alto, al incorporar el nuevo propulsor bicilíndrico en paralelo, el primero fabricado por KTM manteniendo ese ADN deportivo y de altas prestaciones.

KTM hizo la presentación en el salón de Milán en 2017 y ahora llega a nuestro mercado, un vehículo pensado para ofrecer diversión y altas dósis de adrenalina pues es ligera, compacta y con una excelente relación peso/potencia que asegura aceleraciones fulminantes. No es una moto de turismo ni tampoco urbana, no hay capacidad de carga y el pasajero dispone de un diminuto sillín que seguramente no será el más confortable. Es una moto hecha para divertirse en solitario, para tomar carreteras reviradas y de montaña y hasta darse unas vueltas en circuito pues como lo veremos más adelante, viene con todo.

ESTÉTICA

La 790 es una auténtica Duke, sus formas inspiradas en la más grande de la saga le imprimen esa apariencia deportiva, con líneas afiladas y angulosas, y unas dimensiones que no aparentan la cilindrada que lleva. Se destaca la óptica principal con forma de cabeza de insecto, iluminación completamente en Led y un cuadro de instrumentos totalmente digital y muy completo, una pantalla con dos modos de visualización que se activan automáticamente de acuerdo con la luz ambiente, con letras negras en el día y fondo negro y letras blancas en la noche, lo que facilita la lectura. En esta pantalla podemos acceder a todas las posibilidades de personalización mediante los interruptores en la piña izquierda. Monta 4 modos de manejo, tres predeterminados con niveles fijos de intervención de las ayudas y uno personalizable, en el que puedes ajustar a gusto cada parámetro o desactivarlos completamente para sentir un misil en medio de las piernas.

TECNOLOGÍA

KTM ha puesto en la 790 Duke prácticamente todo su portafolio de ayudas tecnológicas y de seguridad como control de tracción sensible al ángulo de inclinación, asistente de lanzamiento, ABS en curva, anti wheelie, modo ABS supermoto, embrague anti rebote PASC, quickshifter de doble vía, entre otros, además de 4 modos de manejo: Rain, Street, Sport y Track. Todo esto completamente necesario en una moto de 169 kg con 103 caballos de potencia para poder ser usada por pilotos no profesionales, sin estas ayudas, la entrega de potencia es brutal y muy sensible a cualquier movimiento de la mano derecha, lo que la haría inmanejable fuera del circuito. La parte ciclo complementa el carácter de la Duke 790, monta adelante Horquilla telescópica invertida WP con barras de 43 mm de diámetro sin posibilidad de regulación y atrás un monoamortiguador también firmado por WP con regulación en precarga mientras el sistema de frenos ha sido desarrollado por JJuan y está compuesto por dos discos de 300 mm con pinzas de anclaje radial de 4 pistones adelante y un disco de 240 mm con pinza de dos pistones atrás, con ABS Bosh de última generación que puede desactivarse en modo supermoto (atrás) o completamente.

MOTOR

El nuevo motor que monta la Duke 790 es el LC8 bicilíndrico en paralelo de 799 centímetros cúbicos, el más compacto de la categoría lo que aporta a la reducción de pesos y al impacto visual de una moto ligera. Declara una potecia de 103 HP a 9000 rpm y 86 Nm de par motor a 8000 revoluciones por minuto, anclado a una caja de 6 velocidades con cambio semiautomático Quickshifter de doble vía, es decir que puedes subir o bajar cambios sin necesidad del embrague y sin soltar el acelerador.

A BORDO

Ya habíamos tenido la oportunidad de probar todas las referencias Duke del mercado y encontrábamos un vacío inmenso entre la 690 y la 1290. Pues KTM también lo vio y la 790 llena ese espacio con una moto genial. Las dimensiones hacen que te sientas a gusto y que rápidamente te integres con ella. Al ralenti escuchas el traqueteo típico de los motos KTM, un sonido que para los amantes de las japonesas no gusta pero que desaparece al momento de abrir el acelerador. La posición de manejo es de ataque pero sin llegar a ser radical, aunque puedes moverte hacia atrás y tumbarte sobre el depósito si vas a romper un récord. Las estriberas están bien puestas para que nada incomode y ligeramente atrasadas, curiosamente la Duke 790 sin ser una supersport o superbike, está pensada para ir al circuito, incluso la palanca de cambios puede moverse fácilmente para que el accionamiento quede invertido, en modo carreras, con la primera marcha arriba y las demás hacia abajo.

Iniciamos nuestro recorrido en la ciudad, en modo street, con una potencia más que suficiente para ser los más rápidos en la salida de un semáforo. Prácticamente es innecesario pasar de 3 marcha, aquí dispones de todo el poder para una conducción ilegal y ser capturado por las cámaras de fotomulta. La agilidad en medio del tráfico es muy buena, las dimensiones contenidas permiten transitar entre otros vehículos y hacer cambios de dirección o zigzag cuando éstos se detienen, sin problemas. Pero con tanto poder decidimos hacer dos momentos especiales, uno en pista y otro en carretera, así que iniciamos en el circuito gracias a nuestros amigos de XRP Motorpark que como siempre nos prestan sus instalaciones.

Esta vez el recorrido estuvo saturado de tráfico hasta nuestro destino por lo que las impresiones en carretera van después. Para comprobar de qué está hecha esta moto invitamos a otro buen amigo, a Christian Benítez de Stunt Way quien nos acompañó en esta prueba (ver video). Dimos algunas vueltas para calentar las llantas Maxis Supermax que monta la Duke 790 y a fondo…. (solo en primera y segunda), la KTM es supremamente ágil y confiable para entrar en curvas, a diferencia de otras, no requieres planear el momento, se da de manera natural y sin darte cuenta estás con la rodilla en el piso sin el más mínimo esfuerzo. La rigidez y estabilidad del conjunto es genial aunque la suspensión delantera, sin regulación, me pareció demasiado exigente con el asfalto, si no se encuentra en buen estado, es algo celosa y pueda darte un susto al rebotar en los baches a alta velocidad. El sistema de frenos va de sobra, con una buena mordiente y buen tacto, no requieres ningún esfuerzo para detener la moto, además, si te pasas, puedes frenar en curva con seguridad y sin temor a levantarte. El Quickshifter es genial, actúa de manera precisa y muy rápida haciéndote olvidar del embrague, muy práctico al llegar a la curva y bajar una marcha, reduces la velocidad y no hay sensaciones extrañas ni bloqueo de la rueda de tracción gracias también al embrague antirrebote.

El turno fue para Christian, elegimos el modo Track y desactivamos todas las ayudas, nos aparece la señal de advertencia en la pantalla y dice «ilegal». Wheelies, endos, drift, todo es posible con la Duke 790, tiene potencia de sobra para hacer que la rueda delantera se levante sin que te esfuerces y una gran mordiente en el equipo de frenos para endos controlados. Puedes jugar, si sabes hacerlo, y lograr los mejores momentos, emocionantes y divertidos pero debes ser cuidadoso con el acelerador, el sistema ride by wire o acelerador electrónico es muy sensible y la respuesta no tarda, y si te pasas por ejemplo, al salir de curva, puedes llevarte un susto sin el control de tracción.

Para complementar, decidimos tomar una ruta de más de 500 km de ida y vuelta, por carretera en regular estado y algunos tramos de autopista rápidos y con excelente asfalto. En la primera parte, bajando de Bogotá a Melgar, hay doble calzada pero llena de baches, irregularidades, pérdidas de bancada, entre otros, que ponen a prueba la parte ciclo de la Duke. Sobra decir que es fácil adelantar o salir de curvas…. con una entrega de potencia tan precisa y desde bajas revoluciones, es una moto muy briosa. Las suspensiones tienen que trabajar a tope, te encuentras con asfalto mal reparchado cada 100 metros que no está a nivel y si no es un «turupe» es un «bache», muchos llegan a pegarte fuerte en las muñecas si vas muy rápido, como si la suspensión llegara al límite. Al llegar a la variante de Girardot todo cambia, cambia la concesión y con ello cambia el estado de la vía. De aquí en adelante es solo placer, pero hay que tener bolas muy grandes para atreverte a llevar la moto cerca de la zona roja, arriba de las 9.500 rpm pues la aceleración puede mostrarte los 200 km/h en un abrir y cerrar de ojos. Aunque no entiento para qué tanta potencia en una moto sin carenados ya que el viento se hace insoportable por arriba de los 160 km/h, no puedo negar que me divertí como no lo hacía hace tiempo. Es emocionante superar a cualquier otro vehículo en la vía pasando a su lado como un misil, sin que haya tiempo para entender qué pasó pero con la seguridad de que si tienes que frenar lo haces, rápido y en pocos metros. No sobra aclarar que aquí conduje en modo Sport y con todas las ayudas activadas.

KTM lo vuelve a hacer y de la mejor manera. Complementa la saga Duke con un ejemplar con todo el ADN de su hermana mayor pero con la ligereza y facilidad de manejo de la 690, la moto que faltaba y con argumentos de sobra para ser considerada como la mejor naked de cilindrada intermedia, pues además de prestaciones y diseño imponente, equipa lo mejor de la tecnología actual disponible en el mundo de la moto.

GALERÍA

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