La actualización que KTM dio a sus pequeñas Duke en 2017 las convirtió en las más radicales de la categoría. Las líneas modernas y actuales se inspiran en la Super Duke 1290, una de las naked con mejor diseño del mercado, lo que hace que no pasen inadvertidas.
La marca austriaca ha venido ganando terreno en las cilindradas inferiores desde el lanzamiento de la Duke 125 para Europa y la versión 200 para los mercados emergentes. Al momento de la actualización KTM lanzó una nueva cilindrada, 250, que supone mejores prestaciones que una 200 y se pone en el medio entre la más pequeña y la versión 390, para alcanzar un mayor número de usuarios.
Como es habitual en la marca, los motores están puestos a punto para transmitir sensaciones deportivas según su eslogan «Ready to Race», y ninguna de las Duke defrauda en este apartado. La versión 250 es idéntica a la nueva 390 con excepción el cuadro de instrumentos, que se basa en el de la 200 y que no equipa luz led ni frenos ABS como la 390. Sin duda es imponente, los plásticos laterales transmiten dinamismo y aunque las dimensiones son contenidas es justa para sentirse a gusto, tanto el piloto como el acompañante. La decoración es otro de sus buenos detalles, los colores y diseño de los gráficos no pudieron estar más acordes con la estética, son justo lo que necesitaba para ser una moto con todo el carácter deportivo de la marca.
MOTOR
El nuevo motor es un monocilíndrico de 4 Tiempos, 4 válvulas, refrigerado por líquido y alimentado por inyección electrónica. Nada raro en la categoría pero las cifras declaradas superan ampliamente a todas sus rivales, pues según la ficha técnica, la potencia es de 30 CV a 9000 rpm, mientras el par motor se queda en 24 Nm a 7250 revoluciones por minuto. Es un motor que gira alegre arriba de vueltas, necesita una conducción precisa para no defraudar ya que por debajo de las 5000 rpm se siente algo pobre. El funcionamiento es fino y preciso, el nivel de vibraciones ha sido bien controlado evitanto molestias en el manillar o posapiés, solo algunas residuales alcanzan a sentirse en alto régimen sin que esto llegue a ser una molestia. La caja de cambios tiene 6 velocidades que aprovechando el régimen de giro del motor te pueden llevar a superar los 135 km/h en condiciones favorables, es indispensable llevarlo muy arriba de vueltas para sacar el máximo provecho al monocilíndrico.
EN MARCHA
Desde el lanzamiento a medios quedamos con una grata sensación al conducir la Duke 250. Aplasta por su estética a todas sus rivales y en marcha no decepciona como tampoco lo hace por el equipamiento y nivel de acabados. Es una moto bien construida, con un correcto ensamble entre sus piezas y plásticos, sin ruidos ni vibraciones y con los interruptores a la mano y fáciles de accionar. El cuadro de instrumentos es igual al de la 200, una pantalla LCD con mucha información, tal vez demasiada lo que hace que los números sean muy pequeños y dificulten la visualización en marcha, hay que afinar muy bien la mirada para encontrar el dato que buscamos. La altura del asiento es de 830 mm, un poco alta para usuarios de talla promedio pero arriba de la moto el control es total, la posición de manejo y dimensiones reducidas hacen que transmita una increíble sensación de ligereza y agilidad. Es fácil «ratonear» en el tráfico, jugar a hacer derrapes y para los más osados, utilizarla para hacer stunt.
La KTM Duke 250 es muy divertida, con una aceleración progresiva que requiere de un alto régimen de giro, te permite salir primero en los semáforos y ganar velocidad rápidamente y utilizarla como moto de diario, pero como buena «naked», echarás de menos dónde llevar algo de equipaje, pues no cuenta con parrilla ni posiblidad de montar nada, todo se limita a un morral en la espalda o a un pequeño tank bag. El pasajero dispone de un buen lugar, lejos del confort de una trail pero lo suficientemente cómodo para ser una naked deportiva, con estriberas a buena altura para que la posición no sea exagerada, pero para sujetarte, debes hacerlo del piloto ya que los plásticos diseñados para esta función quedan muy abajo y no te dan seguridad.
KTM ha dotado a las nuevas Duke de una parte ciclo excepcional, la nueva 250 cuenta con subchasis anclado con tornillos que puede desmontarse, muy ligero y de alta resistencia, horquilla invertida WP con barras de 43 mm de diámetro, de excelente comportamiento; mono amortiguador trasero regulable en precarga y discos de gran diámetro, de 300 mm el delantero con pinza de anclaje radial con cuatro pistones y uno de 230 mm en el eje posterior. En conjunto transmiten suficiente rigidez para dibujar curvas rápidas o en circuito cerrado y un gran poder de frenado que aún sin ABS transmiten gran seguridad. Las llantas montadas de serie se comportan bien, son radiales y se agarran con fuerza al asfalto.
La nueva KTM Duke 200 es una moto pensada para la diversión, aunque cumple la funcionalidad de un vehículo urbano, las prestaciones invitan a jugar con ella, ya sea en carretera, ciudad o circuito, ha sido diseñada para llevarla al límite y buscar sensaciones deportivas. Ready to Race.
GALERÍA
KTM
[ngg src=»galleries» ids=»39″ display=»basic_thumbnail»]