Scooter dando curva honda pcx 150

Honda PCX 150

Como es habitual en nuestro trabajo, cada vez que un nuevo modelo llega al mercado tenemos la oportunidad de probarlo a fondo y hacer cientos de kilómetros, en algunas ocasiones miles, antes de que esté disponible al público. Los scooter nos apasionan, esa combinación de estética, confort, facilidad de manejo y protección aerodinámica hacen que los recorridos diarios dentro o fuera de la ciudad sean verdaderamente placenteros, por lo que la PCX 150 de Honda nos tenía a la expectativa.

La nueva PCX 150 evoluciona de la versión 125 que desde hace varios años se comercializa en Europa donde es éxito en ventas, y que en 2014 fue actualizada a la carrocería que tenemos hoy. Una scooter de atractiva estética y tecnología de punta que se enmarca en el programa Blue Skies for Our Children (cielos azules para nuestros hijos) del fabricante japonés, que busca minimizar el impacto ambiental de sus vehículos. La nueva PCX 150 equipa la tecnología eSP (enhanced Smart Power) que declara ser mucho más eficiente a la vez que consume y contamina menos que sus competidores.

ESTÉTICA

Es evidente que la Honda PCX es una scooter de atrevida y moderna apariencia, compacta pero con un habitáculo espacioso que recibe cómodamente a dos ocupantes y le permite al piloto estirar las piernas. Se destaca la incorporación de tecnología Led en todo el sistema de iluminación, luz principal, de posición, intermitentes y stop, de excelente luminosidad y proyección, un minimalista cuadro de instrumentos análogo / digital con la información básica detrás de la pantalla ahumada y el manillar desnudo en acabado en cromo, que le otorgan un aspecto neo-retro. Las líneas de la carrocería son afiladas y envolvelntes y rematan con la parrilla porta paquetes que sirve de asideras para el pasajero, a la vez incluye en la parte posterior del sillín, el sistema de anclaje para montar un top case.

Bajo el asiento tenemos el hueco portacasco, tiene capacidad para uno de tipo integral y algunas cosas más, se acciona desde un interruptor al lado de la piña de contacto (el mismo que nos permite abrir el depósito de combustible) y tiene dos puntos de apertura para facilitar el acceso. En el escudo frontal, a la izquierda, encontramos una guantera de buena capacidad (cabe una botella de agua) con una toma de corriente para dispositivos móviles.

MOTOR

Los principales argumentos de la nueva Honda PCX 150, además de la confiabilidad que otorga la marca japonesa, está en la tecnología eSP (enhanced Smart Power) de su propulsor de baja fricción y eficiencia en la combustión. Es un monocilíndrico de 149.3 cc que declara 12.5 HP a 8.500 rpm y 13 Nm a 5000 rpm. Este par motor a bajo régimen asegura un comportamiento extraordinario en la ciudad con muy buena aceleración y recuperaciones, gracias a la actualización que los ingenieros de Honda han hecho en algunas piezas como una nueva cámara de combustión, pistón de menor peso y reducción de fricción entre balancines y rodillo empujador de los cojinetes. La bomba de agua se sitúa en la culata reduciendo los componentes y por supuesto, disminuyendo el peso, a lo que aporta también la nueva ubicación del radiador que ahora está integrado en el motor, ayudando también en la centralización de masas.

Pero uno de los avances más importantes, y que más aportan a la reducción de emisiones y consumo de combustible, es el Idling Stop, un sistema que para automáticamente el motor cuando se encuentra al ralenti por más de tres segundos, por ejemplo, al detenernos en un semáforo, que funciona cuando la temperatura del motor está arriba de los 60°, así que no es una falla si no se acciona en los primeros metros del recorrido al salir de casa. Para volver a la vida basta con abrir nuevamente el acelerador, y gracias a que la PCX no monta motor de arranque la respuesta es casi inmediata, a cambio utiliza un arranque ACG sin escobillas anclado al extremo del cigüeñal, que pone en marcha el motor por la magia de la inducción, sin ningún contacto físico por engranajes o acoplamiento. Además, gracias al nuevo sensor de «estado de la batería, en caso de que la carga esté demasiado baja no se activa evitando que nos quedemos varados.

Este sistema en uso constante es capaz de ahorrarnos en promedio, en el uso urbano, entre un 15 y 20% del consumo de combustible, que para muchos no significa nada pero veamos a cuánto puede ascender. Si en un año el recorrido promedio es de 10.000 km y el consumo, según nuestra prueba, fue de 135 km/gl, a un costo de $8.500 por galón nos da un costo total de $630.000 en un año. Si usamos el Idling Stop y nos ahorramos en promedio el 20%, estamos «echando al marranito» unos $126.000. Vale la pena no?.

EN MARCHA

Como todas la Honda, la PCX 150 es de fino funcionamiento, prácticamente sin vibraciones y bajo ruido. Se nota el nivel de calidad en todos los plásticos, el ensamble de las piezas y el buen mullido del asiento. El cuadro de instrumentos es simple, básico pero nos brinda toda la información necesaria excepto la temperatura del refrigerante, será algo innecesario con esta tecnología?. La posición de manejo es confortable, pese a su reducido tamaño, los diseñadores se la han ingeniado para lograr un espacioso lugar para el piloto y acompañante, el primero puede ubicar los pies en dos posiciones y el pasajero dispone de posapies abatibles además de un amplio y mullido espacio a mayor altura.

Gracias a la altura del asiento es fácil alcanzar el suelo con los dos pies y maniobrar a baja velocidad o en parado y los usuarios de talla baja no tendrán problema. Al acelerar escuchamos el ronroneo del motor y tenemos una muy buena respuesta desde cero, logrando adelantar vehículos y llegar a la primera posición al siguiente semáforo. Las ruedas de 14 pulgadas, 90/90 adelante y 100/90 atrás, se muestran muy estables, se comen fácilmente las irregularidades de la carretera gracias también a una parte ciclo equilibrada, con una suspensión delantera telescópica y dos amortiguadores traseros sin regulación, que hacen que conducir en ciudad sea confortable en todos los aspectos, pues el tarado de serie es correcto para usuarios de talla promedio.

La frenada está a cargo de un disco en el tren delantero y a un simple tambor atrás con sistema CBS combinado, una solución sencilla que encontraron en la casa japonesa para accionar ambas ruedas, una con cable y la otra con bomba hidráulica. En conjunto son muy eficientes, no se echa de menos mayor potencia o la ausencia del disco trasero, Honda cree que no es necesario y luego de probar la PCX entendemos que tienen razón ya que son de buena mordiente y dosificables. Con el Idling Stop activado y el depósito de combustible lleno, nos enfrentamos a la ciudad, en busca de las cualidades que anuncia el fabricante. Al llegar al primer semáforo se apaga el motor, escuchamos únicamente el ruido de los vehículos que están alrededor, esperamos pacientemente el cambio de la luz y cuando tenemos vía y abrimos el acelerador, como por arte de magia el motor está en marcha, no hay ruidos ni momentos muertos, es prácticamente inmediato, lo que nos mantiene adelante en la salida del semáforo. La agilidad en medio del tráfico está asegurada, la PCX 150 es muy fácil de llevar, el amplio radio de giro hace que «ratonear» sea cosa de niños y las dimensiones son justas para movernos como pez en el agua ya que la urbe es su ambiente natural.

Como es costumbre, no nos quedamos solo en la ciudad, aunque se trate de vehículos urbanos, siempre salimos a carretera ya que es algo normal para el usuario de moto y scooter un fin de semana. Tomamos una vía de montaña que nos lleva a un páramo para luego descender a un poco menos de 500 msnm, cientos de curvas y carreteras reviradas en las que pudimos disfrutar de la buena ergonomía y excelente respuesta del pequeño propulsor de Honda, logrando mantener una buena velocidad en ascenso y superar a otros vehículos sin problema. La estabilidad que entregan los neumáticos de 14″ se siente a alta velocidad, no hay nerviosismo como es natural en scooter de ruedas de menores dimensiones y los baches se superan con suavidad. Las carretera en descenso se convierte en un placer, esas «curvas peligrosas» en la PCX son «curvas deliciosas», es supremamente fácil dibujar la carretera con precisión y sentirnos a gusto y seguros. Al llegar a la planicie iniciamos la estirada final buscando la velocidad máxima, 114 km/h, la misma alcanzada a la altura de Bogotá, suficiente para llegar rápido a cualquier lugar, con un consumo promedio de 135 km/h y casi 300 km de autonomía.

Honda juega duro en la categoría, la nueva PCX tiene todos los argumentos necesarios para ser una líder en ventas, confiabilidad, prestaciones, estética, confort y tecnología.

GALERÍA

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