Nuestro oficio como periodistas especializados nos ha dado el privilegio de probar algunas de las mejores motos del mundo, esas a las que solo un puñado de la población puede acceder, como la invitada en estas páginas, la poderosa KTM 1290 Super Duke R que ha batido todos los registros en cuanto a potencia y velocidad, convirtiéndose en ese objeto de deseo para los más exigentes que ven en KTM la esencia del motociclismo con personalidad y alto desempeño.
La Super Duke R redefine el concepto naked de KTM al llevar al más alto nivel a la saga Duke. Una moto de aparente tamaño que conserva intacto el ADN de sus hermanas menores, pero con prestaciones nunca antes vistas en un vehículo de la marca naranja.
APARIENCIA
A simple vista es una Duke 990 con esteroides, las líneas afiladas y aristas propias de la saga inspiran deportividad y dinamismo. Sus medidas ligeramente sobrepasan a su predecesora y en peso escasamente la supera en 3 kilogramos, lo que da una idea de sus prestaciones si hablamos que el motor es 300 centímetros cúbicos mayor y que entrega 55 CV más que la 990.
El diseño es más agresivo que en cualquiera de las motos de la saga, es imponente vista de frente y descata en el lateral el chasis multitubular en color naranja que contrasta con el subchasis blanco y el enorme bicilíndrico que propulsa a la Super Duke. El asiento monoplaza en la unidad de prueba, es rematado por el colín sobreelevado en el lugar del asiento del pasajero.
La altura del asiento de 835 mm permite acceder fácilmente y adoptar una posición de manejo relajada y natural gracias también al diseño del depósito de combustible que puede abrazarse con las piernas para integrarnos a la moto. La sensación de ligereza es inminente, tan pronto estás sobre la «bestia» el peso desaparece y te hace pensar que estás en una moto de menor cilindrada. Claro está que al arrancar el motor, su palpitar y el agradable sonido que provoca con el sistema de escape Akrapovic, te trae de vuelta al mundo real y te recuerda de qué está hecha, haciendo inevitable que busques una carretera dónde abrir el puño derecho.
MOTOR
El encargado de producir esas cifras impresionantes en la ficha técnica es el nuevo motor bicilíndrico en V a 75° de 1.301 centímetros cúbicos basado en el de la RC8 con nuevos componentes y doble bujía en cada cilindro para optimizar la combustión. Declara 180 CV a 8870 rpm y 140 Nm de par motor máximo, cifras antes inimaginables para una moto de calle, ya que con solo 189 kilogramos de peso ofrece una relación peso/potencia similar a la de un auto de Fórmula 1. En teoría, de 0 a 200 km/h en solo 7.2 segundos…
Para evitar pérdidas de control debido a la elevada cifra de potencia, los ingenieros de KTM han puesto lo mejor de su tecnología conviertiéndola en ayudas electrónicas para reducir las posibilidades de riesgo a bordo de la Super Duke R. Las configuraciones del motor disponibles son tres: Sport, Street y Rain, entregando la máxima potencia en los dos primeros pero de manera más enérgica en Sport, mientras en el último los caballos son castrados para reducir la entrega a solo 95 CV. Así mismo dispone de control de tracción con diferentes niveles de intervención y ABS desconectable, todos ellos seleccionables desde la piña izquierda de manera fácil e intuitiva.
EN MARCHA
A bordo de la KTM 1290 Super Duke R te sientes a gusto, parece haber sido diseñada para el usuario de talla promedio ya que con mis 1.75 mts tenía todo a mi alcance. A diferencia de lo que parece, la «bestia» es una dulzura en marcha pero a la vez muy sensible a cualquier insinuación de la mano derecha, por lo que debes integrarte a ella para que haga solo lo que tú quieras. Los primeros minutos fueron de acople, aceleraciones de 100 o 200 metros donde escasamente logras engranar la segunda marcha y descubres que la ficha técnica no miente. Las emociones se encienden, la adrenalina sube y el palpitar del corazón se hace más fuerte, es imposible quedarse quieto en medio del tráfico y no buscar una carretera abierta donde la Super Duke se sienta libre. La hora y compromisos no lo permitieron así que al garaje para iniciar un nuevo día.
Con la salida del sol luego de una noche interminable, estamos listos para disfrutar ahora sí del mejor juguete de la casa austriaca disponible en en el país. Una visita a la gasolinera para llenar el depósito y algunos minutos sorteando el tráfico de la capital para salir a autopista.
Tan pronto hay posibilidad, cambiamos al modo sport con las ayudas electrónicas activas y adoptamos una posición racing. La aceleración es salvaje, el motor empuja muy bien desde las 2000 rpm pero es arriba de las 5500 que entrega todo su poder obligándote a agarrarte fuertemente del manillar para no quedar sentado en el asfalto. En pocos segundos has superado la barrera de los 200 kilómetros por hora, sigues avanzando y aún te falta exprimir dos marchas más!, solo se echa de menos un poco de protección aerodinámica ya que el viento parece querer arrancarte del asiento. El «aullido» del propulsor es una delicia así como la equilibrada parte ciclo que te permite ir muy rápido con total seguridad, no hay vibraciones ni flaneos y la frenada es de primer nivel. Luego de algunos minutos a alta velocidad en autopista, nos adentramos en una carretera de montaña con cientos de curvas en ambos sentidos. La Super Duke R es increiblemente ágil y fácil de llevar, cruza con naturalidad y aplomo permitiéndonos inclinaciones muy emocionantes ya que todo está correctamente ubicado para que nada roce con el asfalto.
Decidimos probarla con las ayudas electrónicas desactivadas. En una recta sin tráfico nos disponemos a comprobar lo que algunos colegas habían mencionado y nada más cerca de la realidad, aceleras progresivamente y la rueda delantera apunta hacia el firmamento, sin esfuerzo alguno de un momento a otro pasas a estar haciendo un wheelie, esto lo hace incluso en cuarta marcha!, es aquí donde deber ser muy sensible al golpe de acelerador para no perder el control, pues 180 CV bajo el trasero no son cualquier cosa. Con el ABS desconectado hacer un endo es algo natural, el recorrido de la suspensión y el freno delantero Brembo M50 Monobloque con pinza de anclaje radial de buen tacto y excelente mordiente nos permite controlar el ángulo de inclinación con facilidad.
Es una increible experiencia, nada mejor para quienes disfrutamos andar en dos ruedas que una máquina que responda a nuestras intenciones y una buena carretera de curvas, creo que es la moto más emocionante que he probado en los últimos años ya que todo, como lo mencioné antes, está correctamente ubicado y funciona tan bien que no quieres dejarla.
Luego de un día fuera de la ciudad nos adentramos en el tráfico de la capital. En este ambiente difícilmente pasas de segunda marcha, tienes la respuesta para salir de una curva y la suficiente aceleración para ir muy rápido y llegar primer al siguiente semáforo. El amplio radio de giro hace que incluso en ciudad sea manejable, es posible transitar en medio de otros vehículos sin acusar un tamaño o peso elevado, donde el único «contra» que le encontramos fue el consumo de combustible, que hace que el medidor baje tan rápido como sube de velocidad.
La KTM 1290 Super Duke R cumple con creces las expectativas de los usuarios más exigentes, su imponente estética y las prestaciones de otro mundo sumadas a la reputación de la marca, ponen a esta bestia en el top de las naked deportivas.