El look es lo que importa. Al ver la moto no solo yo, si no todos quienes la vieron rodando o estacionada concluyeron lo mismo, esta sí es bonita y realmente desde la primera mirada descresta, no solo por las líneas fluidas desde la unidad principal hasta la cola, sino también por los detalles muy bien elaborados con los que ha sido dotada.
Estética
Este es el punto fuerte de la moto y por esto seguramente en muy poco tiempo la veremos en las zonas urbanas de Colombia que es su medio natural.

A primera vista, como ya lo mencioné, la moto es hermosa y es una apreciación que se va haciendo más contundente al mirarla una y otra vez. Desde el primer momento destacan las formas del tanque de combustible, a la vista de gran tamaño y que le da una gran personalidad a la moto por sus deflectores de aire, que hacen ver un carenaje acorde con el estilo naked en el que resaltan los stikers con el nombre de nuestra invitada, que siguen la misma línea y crean un gran efecto de rapidez. En el centro del tanque contrasta correctamente el color negro y se deja ver un protector muy bien puesto, este es uno de esos detalles que gustan, el primero a simple vista. Los mandos son funcionales, lógicos y de muy fácil localización, están montados en un manillar negro de buena factura y bien anclado en las tijas de la suspensión delantera, el tablero con un reloj análogo para las revoluciones y una pantalla digital ámbar es de fácil lectura incluso con el sol encima, la información es la usual y cada vez me da más gusto encontrar esto en motocicletas de baja cilindrada: medidor de gasolina, indicador de cambios y un odómetro parcial. Esta unidad está rematada por una luz principal acorde con la línea de la moto, cabe destacar que un par de personas la elogiaron por el estilo, para mí es lo que dicta la moda en este tipo de vehículos
Personalmente lo que más me gustó de la moto fue su tren posterior; empecemos por una silla con un diseño muy fluido bien terminada y súper cómoda, la doble altura ya natural en estos modelos la hace ver muy bien y estoy seguro que para jornadas largas sobre ella el piloto agradecerá su gran comodidad. La cola de la moto es bella, el stop de led está perfectamente integrado a la unidad y el estilo es de última generación, dejando a muchas “nuevas” con cola de viejas…, para rematar el diseño, la placa va como debe ser y la moto no recurre a desafíos de diseño ni a implantes raros para que se vea moderna, funcional y deportiva. El escape cuenta con excelentes terminados y el sistema en general desde la salida en la culata aporta al estilo de la moto, seguramente este será uno de sus puntos fuertes; para finalizar el sonido es el esperado para el tamaño del motor. Las direccionales son en led para darle ese toque que nunca va a sobrar.
Los rines se ven bien, la tijera trasera se embellece por el Mono amortiguador y algunos detalles de plástico que lucen de buena calidad, los posa pies van acorde al estilo, son cómodos y fáciles de ubicar en todo momento, el tren delantero es bonito con un guardabarros moderno y un disco de freno que destaca y aporta lo necesario al look deportivo de la moto.
Los detalles no pueden faltar y eso en esta moto destaca, las asas traseras hace su aporte estético y son de gran ayuda al acompañante. Lleva gato central, un accesorio que nunca sobra, slider para el motor, protectores para las maniguetas en aluminio y rematadas con termo formado que además de atractivos ofrecen seguridad, mono amortiguador y lo mejor de todo muy baja vibración general que acompañada de la silla mencionada con anterioridad hacen disfrutar el manejo de la CR5.
En marcha
Acá las cosas no son tan “bonitas”; no se preocupen la moto no es lenta, pero… para el look y la cilindrada esperaba más, es una moto fácil, bastante fácil de llevar en la ciudad y en esto el bajo centro de gravedad ayuda mucho. Es un vehículo que pasa por todos lados, como dirían nuestros amigos españoles “es ratonera”, tiene buen torque, frena bien, se deja llevar sin problema por donde el piloto quiera y los mandos responden con rapidez. Sin embargo el acelerador es largo y el pedal del freno trasero es muy alto lo que no está acorde con la posición de manejo, estoy seguro que se puede arreglar con un ligero ajuste pero sería interesante así saliera de fábrica.
Desde la primera marcha encontramos gran torque que en ciudad sí es importante pero los desarrollos se quedan cortos en los 3 primeros cambios con una tercera casi universal en el lento tráfico capitalino y una sexta marcha que ayudará a ahorrar mucho combustible. Los frenos actúan con responsabilidad tanto el trasero de banda (debería ser de disco) como el delantero que ayuda mucho a detener la moto de inmediato si es necesario. Por su parte el embrague funciona sin problemas y es muy fácil encontrar el punto muerto o neutro incluso con la moto detenida. La suspensión hace un buen trabajo y se come los huecos de Bogotá sin problemas, la delantera es firme y la trasera lleva la moto recta sin contratiempos, además es bastante predecible lo que seguramente en carretera se agradecerá.
En general la moto cumple en especial en look. Estilo es lo que nos muestra esta CR5 de AKT, que estoy seguro dará de qué hablar y de mirar porque este es su punto fuerte.