Posicionar un nuevo modelo en el mercado no es tarea fácil, pero cuando la nueva apuesta ha sido inspirada en un éxito en ventas, las cosas son diferentes, la herencia de su saga se la pone más fácil para conquistar el segmento para el que ha sido diseñada. Así es la V-Strom 250, una trail de pequeña envergadura que se basa en las exitosas DL650 y DL1000 de Suzuki, acercando ese mundo de aventura a las bajas cilindradas.
Por muchos años Suzuki lideró el segmento trail con la V-Strom 650, una moto polivamente y confiable que inspiró el desarrollo de la versión 1000 y varios años después se actualizan y reciben los aportes tecnológicos de la época, como el sistema de frenos ABS que ahora es prácticamente obligatorio en algunos países. Con esta herencia nace la versión 250 que traemos a prueba en esta edición y que gracias a la historia de sus hermanas mayores, no le quedará difícil abrise un hueco en el mercado y facilitar el inicio al mundo trail para nuevos usuarios.
ESTÉTICA
Suzuki actualizó la estética de las V-Strom a comienzos de esta década, un cambio que para muchos le quitó esa apariencia imponente de las versiones anteriores pero que definitivamente las puso a tono con las nuevas tendencias de diseño y tecnología. La pequeña V-Strom 250 es inspirada en la estética más reciente de la saga, un aspecto elegante pero a la vez aventurero, en el que se destacan las líneas de los plásticos laterales y guardabarros delantero (pico de pato), que se integran con el cuadro de instrumentos y depósito de combustible, dejando libre la tija de dirección. La farola principal es redonda, de bombillo halógeno, eso le aporta un aspecto clásico y minimalista y sobre ésta se encuentra la pantalla desvía brisas de buenas dimensiones y efectividad. La tecnología Led únicamente ha sido incorporada para el stop. La apariencia es de una moto de aventura, los rines son de 17 pulgadas en ambos ejes y de serie monta llantas 110/80 adelante y 140/70 atrás para asfalto, lo que le da un aspecto 100% de carretera.
Las dimensiones son justas, no es una moto grande ni pequeña, pero recibe cómodamente a dos ocupantes de talla promedio, quienes disponen de un generoso y cómodo asiento biplaza de doble nivel. Atrás se encuentra la parrilla porta equipajes en aleación, que sirve de asideras para el pasajero mientras en la parte inferior monta el sistema de anclaje para maletas laterales. Es una moto práctica para uso diario pero también para los viajes y aventuras.
Equipa un completo cuadro de instrumentos digital con pantalla LCD que incluye odómetro total y dos parciales, velocidad, marcha engranada, cuentarrevoluciones, luz de sobrerégimen (en la unidad de prueba estaba a 4500 rpm), indicador de combustible, promedios de consumo, autonomía, así como testigos de ABS (aunque la versión disponible para Colombia no monta este sistema), aceite, temperatura, entre otros, además incluye una toma de corriente de 12 V para poder recargar cualquier dispositivo y mantenernos conectados.
MOTOR
Los ingenieros de Suzuki no se complicaron con la V-Strom 250, se valieron de un propulsor de comprobada fiabilidad mecánica y buenas prestaciones, el mismo que conocimos en la Inazuma 250. Un bicilíndrico en paralelo de 248 cc refrigerado por líquido y alimentado por inyección electrónica que produce 25 caballos a 8000 rpm. El par motor es de 23.4 Nm a 6500 revoluciones por minuto. No hay nada escandaloso en la ficha técnica, pero gracias a los años de experiencia con este propulsor, se aseguran unas buenas prestaciones y finura de funcionamiento en todo régimen. La caja de cambios es de 6 velocidades de fácil accionamiento.
EN MARCHA
Al tocar el botón de arranque de la V-Strom 250 el propulsor cobra vida y emite un agradable sonido, no hay vibraciones y se siente el sello de calidad de Suzuki. Es una moto compacta, bien hecha y con excelentes acabados. El puesto de mando es algo extraño para una moto pensada para la aventura, el timón es angosto y curvo hacia atrás, lo que te abliga a adoptar una posición de manejo que sugiere más a una utilitaria que a una adventure, si estuviera en mis manos, sería lo primero en cambiarle. No obstante, esas dimensiones la hacen muy práctica para conducir en medio del tráfico urbano. Mientras tanto el asiento, ubicado a 800 mm del suelo, te garantizan un fácil acceso y excelente capacidad de maniobra a baja velocidad o en parado. Aparte del timón, lo demás está bien ubicado y a bordo se siente confianza y control de la máquina.
Con el motor de la Inazuma pero puesto a punto para la nueva adventure de Suzuki, la respuesta desde bajas revoluciones es buena, goza de una excelente aceleración que le dan un aire más deportivo que de aventura, pero quién no busca eso en una moto?. Además se ha reducido el consumo y aumentado la autonomía, la V-Strom 250 puede hacer hasta 500 km con el depósito lleno, lo que hará que en viajes las visitas a la estación de servicio sean pocas. El motor es muy elástico, puedes llevarlo arriba de vueltas sin que acuse fatiga, las primeras cuatro marchas son cortas y te obliga a jugar con los cambios cuando conduces en ciudad o carreteras trabadas. La velocidad máxima roza los 140 km/h, justos para una 250 pero suficientes si hablamos de una trail, en donde prima el confort. Es destacable la finura de marcha que se siente en todo el rango de revoluciones, el motor goza de una gran calidad y ausencia total de ruidos y vibraciones.
Los cambios de dirección en carreteras de montaña son intuitivos, es supremante ágil y fácil de maniobrar, con una parte ciclo bien equilibrada para brindarnos buenas sensaciones y seguridad, gracias a unas suspensiones de buen tarado y al sistema de frenos dosificable y de buena mordiente. Se echa de menos la disponibilidad del ABS.
Suzuki ha pensado en todo y la V-Strom 250 dispone de una serie de accesorios para equiparla y convertirla en toda una trail, con top case, maletas laterales, caballete central (de serie) tank bag, entre otros, para hacerla más práctica para la aventura.
Para quienes buscan una moto polivalente, confiable y económica, Suzuki ha hecho un gran trabajo con la V-Strom 250, una moto que sirve para el día a día y no se acompleja en carretera, con acompañante o en solitario, es una perfecta aliada para iniciar en el mundo de la aventura.