La costa central de California fue elegida para presentar ante la prensa especializada las nuevas Twin de Royal Enfield, dos motocicletas que marcan un antes y un después para la marca, al lograr unos estándares de calidad, acabados y prestaciones que la ponen a la par con las mejores del mundo.
California tiene un vínculo histórico con la marca, fue allí donde se vio la evolución de los modelos bicilíndricos que empezaron en 1948 con las 500 y posteriormente con la Interceptor 700 y 750 que marcaron una era para Royal Enfield en Estados Unidos y Canadá, convirtiéndose en parte de la cultura de la época. Esto inspiró en la elección de Santa Cruz para la presentación global de la nueva Interceptor 650 y Continental GT 650, los dos modelos bicilíndricos de nueva generación que mantienen ese estilo de la vieja escuela pero se actualizan en cuanto a tecnologías y sistemas de seguridad para competir con marcas de gran tradición en el mundo.
Asistimos al lanzamiento gracias a la invitación de Royal Enfield quien convocó a la prensa especializada de más de 20 países a vivir una experiencia en primicia a bordo de las dos nuevas motocicletas. Acerca del lanzamiento Siddhartha Lal, CEO de Royal Enfield dijo: «Hemos tenido un viaje increíble en Royal Enfield en la última década, con un crecimiento en ventas de 50,000 motocicletas en 2010 a más de 820,000 motocicletas en 2017. Este crecimiento sin precedentes es el resultado de nuestro enfoque en la fabricación de motocicletas atractivas y sencillas, que son modernas en el núcleo, y la construcción de un próspero ecosistema de viajes personales y expresiones a su alrededor. Estamos encantados de los resultados de la Interceptor INT 650 y la Continental GT 650. Las Twins son nuestra primera línea de productos realmente global y jugarán un papel muy estratégico en la presentación del siguiente conjunto de propietarios de Royal Enfield en todo el mundo «.

Las dos nuevas motocicletas han sido desarrolladas en conjunto por los equipos de la marca en India y en su centro técnico de vanguardia en Bruntingthorpe, Inglaterra logrando sobre la misma base dos unidades completamente diferentes. La Continental GT es una café racer inspirada en las deportivas de los años 60 y 70 y la Interceptor es una clásica, de aspecto minimalista y elegante, que combinan ingeniería cuidadosamente pensada para brindar confianza y buenas sensaciones a sus propietarios.
El desarrollo de las bicilíndricas estuvo a cargo de un equipo de trabajo altamente calificado y comprometido con la calidad, las prestaciones y como es natural para Royal Enfield, con un look clásico que mantiene intactas las raíces de la marca.
MOTOR
El propulsor de las nuevas Twin es una obra de arte old school, de aspecto clásico y robusto, pensado para entregar un alto torque desde bajas revoluciones. Un bicilíndrico en línea de 648 centímetros cúbicos refrigerado por aire y con radiador de aceite, de carrera larga que además, junto con el diseño de los dos escapes, genera una sinfonía en todo el rango de revoluciones, que se intensifica al subir de vueltas lo que transmite grandes emociones al conductor. La potencia declarada es de 47 caballos a 7000 rpm que se transmiten a la rueda trasera mediante una caja de cambios de 6 velocidades, muy precisa, suave y con una estirada increíble en cada marcha lo que asegura un conducción muy placentera en autopistas, carreteras de curvas y en ciudad. El par motor es de 52 Nm a 4000 rpm pero con una entrega de más del 80% a solo 2500 revoluciones por minuto, esto se traduce en excelente capacidad de aceleración sin necesidad de bajar marcha, cuando necesitas adelantar a otro vehículo o tomar vías de montaña.

Durante el lanzamiento se dispusieron unas 80 motos, 40 de cada modelo para los periodistas y guías de rodada. El primer día nos asignaron la Continental GT y en grupos de 11 partíamos cada 30 minutos, una ruta diferente de acuerdo con la moto. Desde el primer momento te das cuenta que las nuevas Royal no tienen nada qué ver con las conocidas monocilíndricas, no solo por el motor, el sonido del escape y las prestaciones sino también por el nivel de acabados, detalles y aspecto general que denota un nuevo estándar de calidad para la marca.
CONTINENTAL GT
A primera vista se asemeja a la Continental GT que ya conocemos, la 535cc, pero al acercarte encuentras una moto mucho más robusta y mejor acabada. La ergonomía ha sido modificada para ofrecer una posición de manejo deportiva pero sin llegar a ser radical como la versión menor, lo que garantiza largas horas a bordo sin fatiga ni cansancio, algo que pudimos notar al final del día después de más de 200 km de recorrido de diferentes carreteras. La primera parte de la rodada estuvo adornada por bosques de pinos, un cielo azul y carreteras sinuosas en excelente estado que permitieron probar las características deportivas de la GT al dibujar curvas rápidas con gran precisión. El tarado de las suspensiones en el reglaje de serie se comporta correctamente, no hay flaneos ni movimientos extraños aún en los cambios de dirección más extremos y los frenos, de disco en ambas ruedas con ABS de doble canal (no desconectable), entregan una confianza absoluta para divertirnos en carretera y apurar la frenada hasta el último momento. Aquí también vemos el beneficio que entrega el Slipper Clutch que evita el bloqueo de la rueda trasera cuando bajas de marcha, tuvimos momentos de reducción de velocidad desde 120 km/h a 30 o 40 para el paso por curvas cerradas, sin que hubiera la más mínima intención de pérdida de control, además, las nuevas Twin de Royal Enfield vienen de serie calzadas con unas pegajosas llantas Pirelli Phanton, especialmente diseñadas para estas referencias, lo que transmite una enorme sensación de aplomo y agarre en todo momento.
Al final de la tarde rodamos por autopistas, vías rápidas aunque no con las rectas suficientes para lograr la máxima velocidad. No obstante, tuvimos la oportunidad de llevar a fondo la nueva Continental GT logrando alcanzar 110 millas por hora que equivalen a 176 km/h, estoy seguro que con un poco más de espacio antes de la frenada, el marcador hubiera alcanzado los 180, una sorpresa para todos los asistentes que al bajar de las motos no podíamos parar de sonreír.
En cuanto a la estética, uno de los apartados más importantes, el aspecto es atractivo desde cualquier ángulo, la farola redonda, el sillín monoplaza, las formas del depósito, el colín y los dos escapes son característicos del estilo café racer, con unos posapies atrasados y elevados que aseguran que nada rozará con el asfalto aún en las curvas más extremas. El cuadro de instrumentos es sencillo, análogo y digital, minimalista pero completo, incluye nivel de combustible, pero se echa de menos el indicador de marcha engranada.
INTERCEPTOR
Los ingenieros de Royal Enfield hicieron un acertado diseño de los dos vehículos sobre la misma base, pues con solo cambiar el manillar, depósito de combustible, asiento y estriberas, tienes otra moto completamente diferente. Así es la Interceptor, elegante, simple, con formas redondeadas y clásicas y una postura de manejo más natural aunque vas ligeramente inclinado hacia adelante. Comparten todo excepto estos cuatro elementos, lo que asegura las mismas prestaciones desde una óptica diferente.
La rodada del segundo día estuvo a bordo de la Interceptor, tomando una ruta alterna, con más autopistas y menos carreteras de montaña. Desde que iniciamos la marcha, esta vez bordeando la playa, con vientos fríos desde el pacífico llevamos un ritmo más moderado que el día anterior. Sin ser una deportiva, la Interceptor puede comportarse casi como la Continental, compartir toda la parte ciclo garantiza que las curvas, la frenada y la velocidad máxima estarán casi a la par, solo alteradas por el cambio en el triángulo ergonómico que al mantenernos en una posición más erguida, nos expone con mayor fuerza ante el viento y reduce la carga en el tren anterior. A alta velocidad esto puede generar un ligero nerviosismo de la rueda delantera por cambiar el reparto de pesos, pero sin llegar a comprometer la seguridad.
En alguna parte del recorrido la ruta coincidió con la del día anterior, una carretera abierta muy rápida y con frenadas al límite al llegar a las curvas que en algunos casos no alcanzábamos a ver hacia dónde nos llevarían. Al igual que en la Continental, la Interceptor ofrece un alto nivel de seguridad, control y estabilidad gracias a un buen trabajo por parte de los ingenieros encargados de desarrollar el chasis, las suspensiones y frenos. Lo demás está pensado para ser intuitivo y fácil de accionar, todos los interruptores, comandos y levas están correctamente ubicados para usuarios de diferentes tallas. Es destacable la precisión de la caja de cambios, de 6 velocidades, que prácticamente puede usarse sin necesidad del embrague cuando vas en marcha, subes o bajas cambios solo soltando el acelerador aunque el accionamiento del clutch es muy suave a pesar de ser del veterano sistema de guaya. A mitad del recorrido notamos algo de cansancio en nuestro trasero, pues la Interceptor, aunque se supone que está hecha para largas rutas, a diferencia de la Continental, tiene un asiento de menor espesor en el mullido y transmite molestias con menos tiempo a bordo.
Al final, todos coincidimos, la marca alcanza otro nivel con las nuevas Interceptor y Continental GT 650, más competitivo, que seguramente le permitirá tener un crecimiento exponencial aún mayor que el mostrado en la última década, alcanzando también a nuevos usuarios, pues además de convertirse en una marca aspiracional para quienes vienen de cilindradas menores, tiene con qué satisfacer a usuarios más exigentes.
Las dos nuevas twin de Royal Enfield tienen el look, los acabados, las prestaciones y niveles de seguridad para enfrentarse sin complejos ante marcas de gran tradición y mayores costos, dejando en claro que el mundo está por conquistar.