Motos scrambler, doble propósito, trail, moped, scooter clásicas y hasta utilitarias, sin importar la marca, el Dusty Wheels fue el evento perfecto para la diversión en pista off road y barro, mucho barro.
De los mismos creadores de Mods vs Rockers, nace Dusty Wheels, que en su segunda versión logró convocar casi a 100 pilotos de todas las edades, hombres y mujeres que sin importar nada se enfrentaron en las diferentes pruebas amateur propuestas por la organización, que incluían mucho barro. Gracias a Moto Europa quien nos prestó la Husqvarna Svartpilen, hicimos parte de este emocionante y divertido evento familiar.
La pista Laguna Seca, un escenario off road ubicado en la Autopista Norte a pocos metros de las bodegas de Almaviva, se convirtió en el lugar de la fiesta, pues además de motos, había música en vivo, food trucks y exhibición comercial de diferentes marcas afines con la temática del evento. La lluvia de los días previos prepararon el escenario, el lago de las garzas llegó a su límite y se convirtió en el principal obstáculo a superar, pues mucho pilotos quedaron atascados y nadaron en el lodo. Curiosamente las motos más pequeñas y menos potentes fueron las que pasaron con mayor facilidad, eso si, con pilotos decididos que no dudaron en acelerar a fondo para buscar la salida mientras el público con sus gritos y palmas animaban a hacerlo.
Con un día seco en medio de la temporada de lluvias y bastante sol al medio día, los asistentes, pilotos, patrocinadores y organización pasaron una jornada dinámica y muy activa recorriendo de un lugar a otro para acompañar a sus pilotos favoritos en las diferentes pruebas que incluyeron motofútbol, una interesante competencia entre dos equipos de cuatro pilotos cada uno y un enorme balón. A diferencia del año anterior y primera versión del evento, esta vez se abrió la convocatoria a una mayor variedad de motocicletas incluyendo motos enduro y trail modernas.
Dusty Wheels es una alternativa muy interesante para quienes quieren divertirse a bordo de una moto, para quienes embarrarse no es problema ya que los buenos momentos valen más y una verdadera sonrisa no tiene precio.